Comienzo y presentación

Pueden existir muchas maneras de ser padre. Y muchas situaciones en las que uno se puede encontrar cuando eso sucede. Puede tratarse de una pareja tradicional (hoy en día hay muchas variantes en este aspecto), seguramente un matrimonio, que deciden tener un hijo o que llega a sus vidas de imprevisto. Puede tratarse de un hijo biológico o adoptado, fecundado in vitro o en un vientre materno.

Muchas situaciones y de muchas maneras.
No puedo opinar sobre todas ellas. Sólo que si uno tiene la suerte de tener un hijo que nace sano, en el momento en que decide que "está listo" para ser padre (¿cómo puede uno saber que realmente está listo?) y junto a la persona que ama, les aseguro que eso es lo más maravilloso que a uno le puede suceder.

Uno no sabe cómo va a cambiar su vida, sus prioridades, sus tiempos, sus hábitos. No se da cuenta de la enorme responsabilidad que pasa a tener hasta que eso empieza a suceder. Si bien no están errados cuando dicen que "un hijo debe adaptarse a la forma de vida de sus padres", si bien cada familia tiene su ritmo, sus costumbres y su mundo, lo cierto es que las cosas que los padres hacen pasan a estar en función del recién llegado en mayor o menor medida. Así como cuando uno convive con otra persona debe tenerla en cuenta cuando realiza alguna actividad o hay que tomar decisiones, con un hijo eso se intensifica, más que nada cuando es bebé o nene, ya que depende necesariamente de nosotros.

Con el tiempo uno va descubriendo muchas cosas nuevas en su hijo (el mío ya tiene 2 años) y muchas cosas en su desempeño como padre y como persona. Y todo eso me genera diversas sensaciones, muchas de ellas las quiero compartir con el que quiera leerme o escucharme.

Así que esperando que lo que escribo les sirva, les interese o por lo menos les divierta un rato me despido desde éste, mi primer post de mi primer blog, hasta la próxima, que seguramente será pronto.

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